Mara Monreal es una joven sorprendente. Con tan solo 28 años y 5 años de ejercicio, es una abogada totalmente comprometida con su profesión. Desde el Grupo de Abogados Jóvenes de Málaga como su Presidenta primero y ahora desde la CEAJ como su Secretaria, cree firmemente en la necesidad de implicarse y luchar por la abogacía, por la formación de los más jóvenes y en definitiva, por un futuro más prometedor. Hemos querido conocerla más a fondo y que nos cuente en primera persona su experiencia al frente de ambas organizaciones.
Mara, háblanos de tu trayectoria como abogada.Empecé a ejercer en el despacho de mi padre y un compañero, Amable, ambos mis padrinos. Mi padre no se dedica al penal, yo en cambio soy exclusivamente penalista. Llevo algunas cosas civiles y contencioso-administrativas, pero lo mínimo. La verdad es que he tenido mucha suerte porque gracias a mi padre y a Amable, he aprendido muchísimo. En el Máster de Abogacía tuve además la fortuna de conocer a Picornell, que también me ha apoyado siempre y me ha enseñado casi todo lo que sé de Derecho Penal. Así fui creciendo en el Derecho Penal, que era lo que más me gustaba y estoy muy feliz de poder ejercer en la rama que yo quería. Actualmente colaboro con algunos despachos en Fuengirola, que me mandan sus asuntos penales. Y afortunadamente, gracias al apoyo de los compañeros, sobre todo el de mi padre, puedo dedicar tiempo a la política colegial.
¿Cómo empieza tu trayectoria en política colegial?Desde niña me encanta la política. De hecho, antes de empezar la carrera dudaba entre Ciencias Políticas y Derecho. Pensé que estudiar Derecho me abría las mismas puertas y así me decanté por esta opción. Me afilié a un partido en cuanto cumplí los 18 años, si bien lo dejé porque no me gustó la experiencia. Cuando empecé a estudiar el Máster, empecé a introducirme en el Colegio. A los compañeros del Máster y a mí no nos gustaba cómo se estaba llevando el GAJ y nos planteamos presentarnos a las elecciones, cosa que hicimos y terminamos ganándolas. Me gusta mucho porque es una política muy centrada en la profesión. Cuando te dedicas a una política colegial, tienes muy claro lo que necesitas, las cosas por las que luchar están más claras. Todos en el grupo empezamos con los mismos intereses y con la misma energía y conseguimos darle un aire renovado al GAJ de Málaga del que nos sentimos muy orgullosos.
¿Qué te ha aportado estar en el GAJ?Muchísimo. El Grupo de Abogados Jóvenes me ha dado grandes amigos y me ha llenado como persona. Nuestra profesión es en definitiva muy solitaria y estar en el GAJ me ha servido para aprender a trabajar en equipo. Además me ha aportado muchos contactos profesionales. No concibo haber empezado en la profesión sin el Grupo de Abogado Jóvenes. No es una retribución económica pero sí personal.
¿Qué dificultades has encontrado?Cuando eres tan joven es más difícil hacerte oír, hacerte respetar. Todavía muchos me dicen "tienes cara de niña", algo que puede ser a veces una traba pero otras es una ventaja. Por otro lado, la dificultad de compaginar ejercicio y política. El tiempo es siempre un handicap y si tienes pareja, mucho más. Puedes estar en el despacho con unos escritos que vencen ya y a la vez estar bajo presión porque al día siguiente tienes que estar viajando a una reunión en Madrid. Además a mí aún me cuesta desconectar y los problemas de los demás los tengo presente 24 horas al día. Todo esto sumado a mi actividad en el GA,J donde aún intento ayudar todo lo posible a Alejandro, así como en la CEAJ, donde como Secretaria recibo por ejemplo todos los correos, no es sencillo.
¿Qué nivel de dedicación requieren tus compromisos actuales con la abogacía joven?En el GAJ nos reunimos una vez al mes. Y en la CEAJ tenemos reuniones esporádicas y además cada dos semanas intentamos hacer una videoconferencia por Skype, porque cada uno es de una ciudad diferente. Trimestralmente tenemos las reuniones de todas las agrupaciones y luego están las reuniones de Comisiones del CGAE cada uno o dos meses.
En la CEAJ al ser representantes de todos los abogados jóvenes se nos trata como Colegio de Abogados. Por ello formamos también parte de las Comisiones del CGAE, trabajamos conjuntamente. Así, además de ser su Secretaria, estoy también en la Comisión de Formación y en la Comisión de Relaciones Internacionales del CGAE.
¿Cómo pasaste del GAJ de Málaga a la CEAJ? Con el GAJ conseguimos posicionar a Málaga dentro de las agrupaciones más activas, aunque esté mal que yo lo diga. Todo el mundo empezó a reconocer el trabajo de Málaga y fuimos haciéndonos nuestro hueco poco a poco. Además, nos llevamos bien con todas las demás agrupaciones y estas buenas relaciones y la confianza en Málaga, provocaron que Cristina (la actual Presidenta, que es de Zaragoza y es una persona con una capacidad de trabajo sorprendente) me llamara para ser su Secretaria y dije que sí. Lo siguiente que venga, ya se irá viendo.
¿Qué han implicado las redes sociales para ti?A mí me gusta la política y reivindicar cuando entiendo que hay que hacerlo y qué mejor manera de hacerlo que a través de las redes sociales. Si quiero hacer constar mi opinión respecto a la nueva ley de violencia de género, puedo hacerlo o bien en mi círculo de amigos (que ya está cansado de escucharme) o bien puedo mandar un tuit que es posible que nadie lea pero también es posible que por el contrario tenga una repercusión por medio de retuits. Para mí son una herramienta para reivindicar y para crear un poco de conciencia. Las redes además te permiten usar otro lenguaje, más cercano a las personas legas en Derecho. Yo personamente no le dedico mucho tiempo a Twitter, solo tengo 392 seguidores y sigo a doscientos y pico. En realidad debo reconocerte que siempre he sido anti-tecnología, nunca me han gustado los ordenadores, pero al final te acostumbras y es una manera rápida y eficaz de comunicar.
¿Te afecta tu posición a la hora de expresarte públicamente en las redes sociales?Yo intento ser yo siempre. En definitiva, no estoy escribiendo desde ninguna cuenta institucional. Diferente es si escribo desde la cuenta del GAJ; ahí sí tengo cuidado por ser lo más imparcial posible políticamente, intento ser lo más objetiva y neutral posible. Pero desde mi Twitter, yo hago lo que estimo pertinente: igual comparto algo sobre una ley, que retuiteo algo de la CEAJ, que le mando un tuit a mi pareja. Yo creo que algo que me han enseñado mis padres muy bien es que tengo que ser yo, que debo intentar ser feliz y luchar por lo que yo crea. Siempre va a haber opiniones.
¿Qué otros grupos de abogados jóvenes os han servido de guía al grupo de Málaga?Siempre hemos intentado mejorar, y lo seguimos intentando a día de hoy. Hemos tenido la suerte de que nos hayan invitado a reuniones de otros grupos, como el de Alcalá de Henares o, por ejemplo, de la Federación Catalana de Abogados Jóvenes (JAC); ello te permite ver cómo trabajan y coger ideas que luego podamos aplicar en Málaga. En definitiva es echarle imaginación y también es cuestión de lógica: ¿qué necesita un abogado joven? Necesita formación, necesita visitar la prisión, etc. Las reuniones que tenemos cada tres meses sirven precisamente para compartir ideas. Hay muchas agrupaciones que están luchando ahora por conseguir la reducción de cuotas para sus agrupados porque, a diferencia de Málaga, la cuota colegial no varía según los años de ejercicio. Ahora mismo estoy precisamente elaborando un informe de la Secretaría de CEAJ sobre cuál es la situación a este respecto en los distintos Colegios de España. Y esto es gracias a reunirnos todos periódicamente.
¿Qué echas en falta en Málaga?Lo que veo que falta sobre todo y lo que más pena me da, es la falta de movilización y reivindicación de los compañeros, que realmente no existe apenas. Por ejemplo, organizamos una manifestación para luchar por nuestros derechos o una lectura de un manifiesto y aparecemos diez. Empezaremos a lograr más cosas cuando nos movilicemos y pidamos más cosas. Si no pides, no te van a dar. Por ejemplo, hay partidos judiciales en los que hace falta una sala donde un abogado pueda reunirse con el defendido, porque si no estamos en los pasillos con todo el mundo. También falta más cercanía entre institución y muchísimos abogados que no se acercan al Colegio y no aprovechan lo que éste les ofrece. A los abogados jóvenes que están empezando, les hacen falta despachos por ejemplo. Pero ya te digo, hace falta movilización para hacer presión.
Volviendo al ejercicio, ¿qué es lo que más te gusta a ti de ser abogada?Yo soy abogada penalista y me gusta llevar la defensa de la gente. Muchas veces me hacen la típica pregunta de cómo soy capaz de defender a alguien que está acusado de homicidio o de violación. En el fondo quiero pensar que todo el mundo tiene una parte buena, que todo el mundo merece una defensa y, particularmente, quiero pensar que existe realmente la reinserción. Si a la gente se le trata como persona y se le da la oportunidad, tengo confianza en que se pueda reinsertar en la sociedad. Ojo, no estoy justificando que se cometa ningún tipo de delito. No lo justifico, ni lo comparto. Pero en el fondo son personas y muchas veces son víctimas de las circunstancias de su vida. No todo el mundo es tan fuerte para salir adelante en circunstancias adversas. Hay circunstancias que realmente superan la ficción en la vida real.
¿Te gustan los juzgados?Sí, mucho. Me siento mucho más cómoda en Sala que redactando un escrito, estar hablando con el funcionario, tratar con los clientes, etc. Por eso lo que me gusta es el penal, porque implica tratar con las personas.
¿Cuáles son, en tu opinión, las características de un buen abogado?Desde mi punto de vista hay varios tipos de abogados buenos: el abogado que es un máquina buscando jurisprudencia y manejando las leyes para redactar un escrito imbatible y luego está el abogado al que se le da bien tratar con las personas, atar cabos, que es rápido de mente y con gran habilidad de oratoria. Son perfiles complementarios y deberían trabajar juntos. Hay algunos abogados que lo tienen todo, pero veo difícil que un abogado cuente con esos dos grupos de cualidades a la vez.
Por último, ¿estás en el turno de oficio?Sí, y lo estaré siempre. En definitiva, es la manera más directa que tenemos de aportar algo a la sociedad como personas que tenemos una determinada formación.
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